Cuando estudié el código de la emoción, me impactó profundamente un testimonio del libro de Bradley Nelson, una historia sobre la ECM que sufrió Anne Horne y que quiero compartir con todo el mundo.
ECM La Historia de Anne Horne
[…] Una mujer llamada Anne Horne escribió desde Seattle para contarme una notable experiencia cercana a la muerte que tuvo en la que vio en el futuro personas ayudando a otras a quitar sus Muros del Corazón.
Esta está su historia:
Estimado Dr. Nelson: Originalmente, tuve contacto con su trabajo cuando una médica de aquí, de Seattle, llamada Marguerite, utilizó sus técnicas para equilibrar mi cuerpo. Al final de la sesión, Marguerite se dio vuelta y en el último momento dijo:
“Oh, veamos si tienes un Muro en tu Corazón…”.
“¿Qué es un Muro del Corazón?”, dije. “No entiendo”.
Y dijo: -Está bien, no es necesario que sepas lo que es. Sólo te examinaré para ver si tienes uno-. Así lo hizo pero yo no tenía ninguno. Luego dijo: -Examinemos si tienes un Muro escondido en el Corazón-.
– Todo bien, dije. -Pero, ¿Qué es?-.
-Está bien, dijo sonriendo, No es necesario que entiendas-.
Me examinó para encontrar un muro escondido en el corazón pero tampoco tenía uno de esos. Luego me explicó cómo las emociones pueden interponerse entre tú mismo y los demás alrededor de tu corazón. Cuando encuentras un Muro del Corazón, pasas un imán por la espalda de la persona para liberar aquellas emociones y abrir sus corazones.
No podía creer lo que estaba escuchando. Fue como una descarga eléctrica que me atravesara. De repente, un acontecimiento que me había ocurrido veinticinco años atrás cobró sentido. Fue la realización de un acontecimiento muy significativo que yo había experimentado cuando tenía 23 años de edad.
Cuando tenía 23, fallecí. Fue una muerte violenta.
ECM
Cuando tenía 23, fallecí. Fue una muerte violenta. Tuve una de esas experiencias cercanas a la muerte que 10 millones de otras personas también han experimentado. Pero cuando tenía 23, nadie hablaba acerca del tema. Nunca había escuchado el ver un túnel o una luz blanca o algo así. Fue una experiencia muy importante para mí. Dejé mi cuerpo y tuve una revisión a mi vida. Yo era una cosa pequeña y no había hecho nada particularmente divertido o grande. Pero estaba regresando, a mi hogar, y en el camino había una luz, un túnel. Sentí como si me estuviesen tirando del corazón hacia un lugar maravilloso. En ese momento, estaba rodeada por toda esa inteligencia innata y tremendo amor. Sólo quería irme a casa. Fue fantástico.
Me encontré a mí misma enfrentando a este hombre que estaba parado frente a mi, no estábamos sobre el piso, sólo estábamos flotando, y dijo:
-No es tu momento-.
Dije: -Pero quiero irme a casa-. Se alejó de mí y pude verlo consultando con alguien más, pero no sabía lo que estaban diciendo. Luego se dio vuelta y dijo:
-Lo lamento. No es tu momento-. Pero aparentemente, sí obtuvo permiso para mostrarme algo acerca de mi vida.
De repente, me di cuenta dónde estábamos porque miramos hacia abajo y allí estaba la tierra. Estábamos en la salida en algún lugar del espacio. Podía ver la tierra debajo de nosotros. Miramos a las Américas, específicamente la Costa Oeste de Norteamérica. Miramos el área noroeste, Colorado, Texas, y hacia abajo a través de California. Ahora, Yo soy de Virginia y fallecí en Carolina del Norte. A los 23, nunca había ni siquiera salido del estado. Era muy joven. Pude ver a muchas personas en grupos, a veces en grandes grupos de 20 o 30 personas, y a veces sólo unas pocas personas juntas. Estaban en grupos haciendo un entrenamiento específico que era bastante inusual.
Había dos o tres personas juntas, con una persona acostada sobre una mesa o parada, y otra persona que estaba pasando algo por la espalda de la otra sabía que esto estaba en mi futuro, que yo era una de estas personas.
Pude percibir la sensación de urgencia que ellos estaban sintiendo. Fue como un juego de números, teníamos que tratar a tantas personas como fuese posible. Estábamos realmente en apuros, verdaderamente apurándonos. Era muy, muy pero muy vital. No podía entender bien qué estaba sucediendo, pero noté que estábamos vestidos de blanco.
-¿Somos enfermeros?-, le pregunté.
Me dijo -No, no son enfermeros-.
Dije: -Bueno, ¿qué estamos haciendo?-.
-Estás abriendo los corazones de las personas-, dijo. -No de una manera física. Estás quitando todos los obstáculos de sus corazones para que puedan dar amor y recibir amor desde aquí-.
En ese momento, las personas que estaban haciendo ese trabajo se hicieron conscientes unos de los otros. No fue algo planeado, no fue algún tipo de convergencia armónica, o algo así. Sólo ocurrió. Nos hicimos conscientes uno del otro. Fue en ese momento que el significado de este trabajo se hizo claro para mí. De repente, una inundación de energía fue enviada hacia la tierra desde donde yo estaba, por encima de la tierra. Se veía como una descarga blanca de energía que entraba a través de nuestros corazones abiertos en la espalda y salía por el frente de nuestros corazones hacia el mundo.
Estábamos allí, abriendo los corazones de las personas para que fuesen anclas para que esta energía divina llegase a la tierra. En tres segundos, el mundo estaba completamente transformado por esta energía. Esta luz penetró en cada grieta y fisura, en todos lados, y no hubo oscuridad en el mundo, nunca más.
La siguiente cosa que sucedió fue que los médicos me resucitaron y me trajeron nuevamente a la vida.
La siguiente cosa que sucedió fue que los médicos me resucitaron y me trajeron nuevamente a la vida. Pero estuvo bien porque, una vez que regresé, realmente pensé que tenía una misión de Dios. Pensé: “¡Oh, mi vida será tan grande!”. Bueno, ¡mi vida ha sido un infierno viviente! He tratado de tener todos los tipos de entrenamiento, buscando algo que ligara con mi experiencia en el otro lado, pensando: “bueno, ¿dónde está? Si ésta es mi misión, ¿cuándo voy a descubrir cómo empezar?”.
He trabajado para la Fundación Edgar Cayce para la Investigación y la Iluminación (Edgar Cayce Foundation for Research and Enlightenment). He estudiado Física Cuántica por 25 años. Hice cursos de Física de la Mente. Me certifiqué como entrenadora de Programación Neurolingüística y en hipnosis. Soy graduada del Instituto de HeartMath (HeartMath Institute). Soy consejera entrenada en dependencia química, terapia de la línea de tiempo y terapia de transformación básica.
Al mismo tiempo, he estado haciendo lo mejor que he podido para mejorar la vida de las personas, pero buscando la conexión entre el trabajo que estaba haciendo y lo que había visto.
Me lastimé en el trabajo en un momento, habiéndome desgarrado un ligamento de mi espalda. Porque estaba herida y no me podía mover, me predispuse a mirar los imanes de Nikken. Compré un sistema de sueño, y gracias a los productos Nikken me recuperé completamente. Eventualmente, asistí a un evento de Nikken en Anaheim, California, que organizó Team Diamond, y recuerdo estar mirando alrededor pensando: “¡Caramba, esto parece realmente familiar!”. Y de repente el enorme diamante que habían estado proyectando sobre la pared en frente de todos se transformó en un corazón y empezaron a hablar acerca del corazón, y me di cuenta que ¡esas eran las personas que había visto en mi experiencia cercana a la muerte! ¡Estas son las personas que vi hace 25 años atrás!
Pero, ¿cómo abrimos los corazones? ¿Dónde está esa pieza del rompecabezas? Y luego, mi amiga Marguerite estaba practicando el Código de la Emoción conmigo, y cuando nombró el Muro del Corazón y explicó lo que era, supe que había encontrado la respuesta. Y cuando el Dr. Nelson habla acerca del corazón, él es también parte de mi experiencia cercana a la muerte. ¡Son las mismas palabras! Es algo milagroso. Y si las personas preguntan si esto es importante, por favor entiendan que esto es muy importante.
Los 100 monos
No sé si ha escuchado la teoría de los 100 monos. Se trata de alcanzar la masa crítica. Había una isla de monos. Los científicos llegaron y le enseñaron a un mono a lavar sus batatas. Después de que 100 de ellos aprendieron a hacerlo, todos los monos de la isla sabían cómo hacerlo. Los científicos pensaron que era realmente fascinante. Pero eso era sólo una parte. Pronto se dieron cuenta de que ni bien estos 100 monos supieron cómo hacerlo, los otros monos automáticamente también supieron cómo hacerlo. Pero no sólo los monos de esa isla. ¡Los monos de las islas de los alrededores también empezaron a lavar sus batatas! Es como dice el Dr. Nelson: la física cuántica nos ha mostrado que la información viaja al instante.
Si los corazones de las personas están abiertos, podremos alcanzar a las masas cruciales. Durante mi experiencia cercana a la muerte, le dije al hombre que me encontró:
-Pero sólo hay miles de nosotros- Él contestó:
-Millones escucharán, pero sólo miles recordarán-. Y nosotros sólo necesitamos miles. Gracias por darme una manera de cumplir mi misión. […]
– Anne Horne, Washington